ELLA
El día 30 de marzo del 2013 fue el enlace matrimonial de
mis padres.
Mi madre y yo nos levantamos a
las 07:00 para ir a peinarnos y
maquillarnos a las 08:00.
Mi madre estaba muy nerviosa, aunque
no era la primera vez que se casaba. Sin embargo, yo no.
Mi padre nos llevó hasta la
peluquería, que estaba en Alcoy.
Al entrar por el salón de
belleza, cogieron primero a mi madre,
ya que supuestamente tardaría más.
Al cabo de quince minutos entró
Chiki, una amiga de mi madre, acompañada por su hija.
Conforme iba pasando los segundos
mi madre se ponía más nervios.
Después vino Mónica, la
dependienta de mi madre, con dos bandejas de canapés.
Ellas para mi madre son un gran
apoyo.
Yo mientras, estaba en un asiento
jugando al “pou”.
De repente, un chico me dijo que
me sentara en una silla especial para lavar el pelo.
Cuando mi pelo ya estaba limpio
me empezaron a hacer tirabuzones.
La verdad es que me gustaba como
estaba quedando. No me di ni cuenta pero el peinado ya me lo habían terminado.
Mi madre había quedado con
Lorena, la esteticista, para que nos maquillara a las dos.
Como yo ya había terminado
comenzó conmigo. Yo estaba pensando en mis cosas, mientras ella me explicaba
qué me estaba haciendo.
A la media hora de acabar de
maquillarme, el peluquero le dijo a mi madre que podía empezar a maquillarse y
que después continuarían.
A mi madre la dejaron guapísima y
retomaron el peinado.
Me acordé que a las 11:00 venían
mis tíos y los maridos de mis primas a hacerse las fotos.
Ahí sí que empecé a impacientarme.
Eran las diez y media y el peinado seguía igual.
Mi futuro padre no paraba de
llamar, haber cuánto nos faltaba.
Mi madre estaba histérica.
Al fin, el peinado se acabó a las
11:00.
Cuando llegamos a casa ya estaban
ahí los maridos de mis primas y al rato llegaron mis tíos.
Mi madre, mi padre y yo empezamos
a vestirnos.
El fotógrafo no paraba de hacer
fotos.
Ya estábamos listos.
La ceremonia se celebró en muro
en el “Castell”. Todos estábamos
guapísimos. Nos sentamos alrededor de unas vitrinas con trajes de fiestas y
claveles blancos.
Finalmente convite se celebró en
Cocentaina. Nos pusimos morados.