DIARIO:
Abrí los ojos y vi a mi
madre despertándome. Era la hora de prepararme para el partido contra el
Játiva. Almorcé unas galletas y un vaso de leche con colacao que estaba
buenísimo. Estaba muy nervioso porque si ganábamos nos podríamos poner segundos
en la clasificación.
Después de almorzar fuimos
a recoger a Sergio a su casa para irnos al polideportivo de Alcoy. Cuando
llegamos allí, vi a todos en la barandilla esperándonos. Nos fuimos a cambiar
al vestuario y allí nuestro entrenador nos dijo los 8 iniciales para el
partido. Yo estaba entre esos ocho y encima, me había elegido a mí como capitán
del equipo.
Al acabar la charla, todos
muy nerviosos, saltamos al terreno de juego a calentar. Cuando empezó el
partido salimos como toros, muy motivados,
pero conforme iban pasando los minutos bajábamos la intensidad. Llegamos a la
segunda parte y el marcador seguía gafas, es decir, 0-0. Todos estábamos
desesperados porque no llegaba el gol.

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