MI VERGÜENZA
Hola, os voy a contar mi historia.
Comenzó un martes en el colegio. Yo soy muy, muy vergonzosa. En el patio, siempre me siento en un banquito yo sola. Soy tan vergonzosa que ni me atrevo a hablar con mis compañeras. Ah, perdón, no me he presentado. Me llamo Lucía, soy rubia, ojos azules y no muy alta. Bueno, a lo que vamos. Salí del colegio y fui a dar una vuelta por el bosque hasta que...¡Zas! Pisé un collar de color rosa que tenía el signo de la paz. Era muy bonito y me lo puse. Cuando lo hice, sentí como si mi vergüenza desapareciera. Fue una sensación maravillosa. Al día siguiente, nada más ver a mis compañeras, me puse a hablar con ellas. ¡La vergüenza había desaparecido! No lo entendía, en el patio también me fui con mis compañeras. Por la noche, estaba acostada en mi cama pensando lo que me había sucedido cuando de repente...¡Bingo! ¡Ya sabía lo que había pasado! ¡El collar era mágico! Era el collar de la vergüenza y me la quitó.
Al día siguiente, yo no paraba de pensar: "¿me lo quito?...No, no, mejor me lo dejo ahí...¡No sé qué hacer!...Si me lo quito puede que me rechacen pero si no me lo quito, no soy yo misma. Bueno, tengo que tener valor..." Me lo quité, saqué el valor suficiente y fui hacia ellas. Pasé todo el patio con ellas. ¡Fue fantástico!
Ah, y un consejo: nunca tengáis vergüenza, de ella no se saca nada, os lo digo yo que antes era la persona más vergonzosa del mundo.
Laura Marín
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